LOS LIBROS
El frío de la habitación
más abrigada de la casa
destruye la lógica de este momento.
Por eso los libros tiritan,
evitando con el abanico de sus hojas
el refrigerio de la lectura.
El Quijote
intenta apagar el final de su obra,
y nieva en su paraíso
obligando a cubrirse a
los dos turistas que lo habitaban.
Entro,
la luz se enciende,
los libros sufren de Parkinson,
la calefacción se rebela.
Salgo corriendo,
la luz se esconde,
los libros se juntan
para evitar que hiele.
Hay algún Torrente
que enciende una hoguera.
Mientras Espronceda
navega en un océano de guerras.
Grita un Unamuno
tratando de convencer de la llegada
de su muerte a un suicida.
Alguien abre la puerta,
quizás una Gaite...
y todos a una, buscando la vida, que es sueño,
se acurrucan en mi cama.
Es de noche, la luz se apaga;
cierro los ojos
sudo, sueño,
sueño con un joven Don Juan en mi cama.
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