Estas semanas han estado cargadas de emociones, presentaciones y firmas de libro. ¡No me puedo quejar! Y en medio de todo, alguna que otra sorpresa inesperada y agradable. Gracias a todos los que os habéis acercado a conocer mi Ternura Incandescente en alguno de los lugares en que se ha hecho presente. Gracias por vuestro apoyo y vuestras palabras. No puedo pedir más, bueno, sí, pido algo: Aquellos que habéis leído el libro y no me conocéis personalmente, si queréis enviarme vuestra opinión, os lo agradecería. Me gustaría seguir creciendo y aprendiendo y para ello nada mejor que las críticas. Gracias de nuevo. (Podéis escribir un email que se llame Ternura a:
montsevillar@hotmail.com).
DESEARÍA RECORDARTE
CUANDO, a pesar de mis años, mi sexo era tabú
y tú, aún no sabías traducir en sonidos
todo lo que la cabeza te decía,
fuimos felices un instante.
Aprisioné en furtivos encuentros
los deseos y las ganas de abrazarte cada día
en aquel lugar prohibido en el que nunca
nos hubiéramos acercado, pero en el que ya te quería.
Deseé en cada segundo en que me rozabas
saber qué eras, quién eras, quién era yo en tus palabras
y te prohibiste decírmelo o, quizás,
nunca supiste qué decir.
En un río vallado por piedras eternas
dejamos de decir y de sentir
la ternura de nuestros cuerpos y promesas.
En una plaza creada por inmortales piedras
volvimos, después de infinito tiempo, a encontrarnos
y comprobé que sigues siendo ese precipicio
al que me gustaría asomarme.
Me agarré, entonces,
a aquellos segundos de felicidad
y así, en silencio, hoy decido:
desearía recordarte.