Concha Gay, Armando Arenillas, Álvaro Pérez Mulas y Javier Redondo (artista y editor) son los otros nombres que componen esta obra.
Como es muchísimo más que un libro, se presentará en Madrid en la Feria Internacional Masquelibros.
Este es el poema que acompaña a las 10 maravillosas imágenes de esos 5 artistas visuales. Un poema unitario, distribuido en 10 partes que tienen sentido completo individualmente. Gracias,
Fernando, por la invitación. Gracias a todos por incluirme en este proyecto.
DESDE LA OTRA ORILLA
No sé cuándo
ni cómo,
pero sí sé
que fue en este lugar
en el que el
mar se ausenta.
No sé qué
día de un invierno de mi pequeño mundo
conocí al
que había de acompañarme
en la
travesía que todavía ignoraba.
Hubo un
tiempo en que no sabía su nombre
pero sí el
alma de las cosas que él veía.
Miré por sus
ojos mi pasado, mi presente,
y decidí no
agonizar
en el futuro
que la vida me esperaba.
Decidí
cambiarlo cruzando el puente
sobre ningún
río
de cualquier
verano de regreso
hasta un lugar
que no tiene nombre,
ni rocas, ni
sombras.
No sé
cuándo, ni cómo,
la vida que
me hizo me alcanzó en este invierno
y me ahogan
el viento frío, la sequedad,
los
silencios,
me ahogan el
recuerdo de la infancia, la ausencia de caricias,
las esperas.
Habiendo llegado a la conclusión de que el mar salva entre vida, sal y
sueños, decidimos cambiar los inviernos por tormentas que se aceptan y librar,
al otro lado de este inmenso océano, la batalla que en tierra nos ahoga.
Nos acomodamos en la proa de este velero de cemento, extendimos las
velas, aventamos nuestras almas, empuñamos nuestros garfios, aferramos el timón
y nos dirigimos a ningún puerto, con la seguridad de que en la nada seríamos
más reales que en este mundo en que las alimañas se devoran.
Y cambiamos
nuestros nombres,
(ya no
recuerdo ninguno de ellos),
zarpamos
cualquier madrugada
hacia donde el sol se pone,
extinguimos
recuerdos y mentiras
mientras
delfines o tiburones
acompañaban
nuestro destierro.
Y si no había viento que nos alentara, esperábamos pacientes la noche
que abrigaba el cuerpo y nos separaba de la angustia de haber vivido lo que
otros quisieron.
[...]
(Ediciones Proyecto Arte, 2014)