En septiembre de 2012 mi poemario Tierra con nosotros, fue premiado en un concurso a que la editorial
Seleer realizó a través del blog Buenas noches Nueva Orleans del autor Fernando
López Guisado: Concurso Guisado de Poesía. Junto a otros tres poetas (Carlos Bernabeu, Manuel Díaz de
Castro y José Segovia Ramos), mi obra fue seleccionada para ser publicada por
dicha editorial. Os podéis imaginar la ilusión que me hizo y me hace. Pero,
debido a que hacía poco tiempo que acababa de sacar a la luz Ternura incandescente, pedí a la
editorial que retrasaran la publicación. Nunca había enviado ninguna obra a
ningún concurso y esto ha sido una hermosa casualidad. En fin, entre mayo y
junio, nacerá al mundo editorial mi tercera creación literaria de la mano de la
editorial andaluza Seleer.
Para esta ocasión y demostrando una gran generosidad, el
prólogo es del poeta Antonio Orihuela y la portada es de el pintor salmantino
Andrés Alén. Fue Antonio quien me ha abierto la casa de Juan Ramón Jiménez en
compañía de los Poetas del Extremo. En ella, por dos años consecutivos (y
espero seguir pudiendo acudir a futuras citas) he conocido a escritores y
personas increíblemente ricas en fondo y forma. A Antonio le pedí que prologara
este libro porque es a través de él de
quien he absorbido compromiso, paz, coherencia, generosidad,… en esos
encuentros y en todas las ocasiones que hemos coincidido. Mi Tierra con nosotros, ha salido de ese
interior que se siente solidario con el exterior y que, hasta este momento, no
había sido capaz de plasmarse en ideas y sensaciones. Es mi visión de las
injusticias con la tierra y con nosotros mismos. Es dolor, frustración, pero
necesidad de sentirme una más en esta gran batalla que es la vida.
Andrés Alén me ha regalado la posibilidad de escoger entre
muchísimas de sus obras un collage que pertenece a un cuadro titulado “La noche”,
basado en la obra de San Juan de la Cruz, Noche
oscura del alma. Lo escogí sin conocer título ni procedencia, pero sé que
en este libro nada ha sido premeditado, pero sí casual. Al final acabaré
creyendo en el destino, en que, muchas veces, la realidad nos encuentra y no
somos nosotros quienes decidimos.
En fin, en junio verá la luz mi tercer poemario gracias al
premio convocado por la Editorial Seleer. De otra manera, en los tiempos que
corren, sería muy difícil que llegara a ver la luz tan pronto, pero sé que es
el momento oportuno para que nazca, ya que nació como reflejo de la realidad
que ahora vivimos.
Os mantendré informados de la fecha y lugar de presentación.
Para abrir boca, el poema que lo abre y el que lo cierra.
ARRIBAR
A TIERRA
Después
de navegar
durante
8 o 9 meses
en un
mar viscoso y cálido,
arribé
a tierra, bañada
en una
costra húmeda y roja
con un
olor indeleble.
Sollocé
por primera vez
y supe
que el agua del mar
está
hecha de las lágrimas de
todos
los hombres
que
fueron capaces de llorar.
Y
aprendí, tras incalculables días
y
finitos años en este lugar
en el
que piso a cada instante,
que la
tierra es de los que no se duelen,
es de
quienes infligen llanto y sangre.
La tierra es de los no hombres
a los que el tiempo les ha borrado el alma.
EX
ANIMI SENTENTIA
Que la
belleza no se nos muera
en las
esquinas.
Que la
justicia no se nos duerma
entre
las rejas.
Que el
futuro no se nos seque
en
nuestras venas.
Que el
llanto no se nos borre
en la
memoria.
Que los
sueños no se diluyan
en una
eternidad de esperas.
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