BITÁCORA DE SILENCIOS


Desde pequeña supe que los vacíos que la realidad clava en mi alma se llenarían con poesía y de lecturas que me han hecho como soy. ¡Cuánta belleza!, ¡Cuánto espanto!, ¡Cuánto silencio!, ¡Cuántas palabras!

Y desde entonces, todas mis lecturas se han acomodado en esos huecos fríos que la vida había ido horadando y los ha llenado de belleza, espanto, silencios, dolor, ternura… palabras y sensibilidad. Desde casi siempre, he dejado reposar sensaciones, sentimientos de todos los colores, imágenes,… en mis entrañas para después intentar expresarlas con palabras, con la pretensión de comunicar y de hacer sentir emoción. Si consigo que en el interior de los que me lean, tiemble el filamento de una entraña con mis palabras, me doy por satisfecha. Si a través de la poesía, la realidad aparece sin distorsión y conseguimos abrir los ojos de los que nos escuchan, crear la duda ante lo aprendido y aceptado por costumbre, dar otra visión posible, otra valoración a la vida, convertirnos en más solidarios, más sensibles, más HUMANOS, no hay nada perdido.

Siempre he buscado la palabra, Licenciada en Filología Hispánica y Filología Portuguesa, las dos lenguas y el gallego me llenan de herramientas que permiten que mi búsqueda sea fructífera y tan heterogénea como los que me precedieron. Mi última aventura en la palabra: traducir del portugués, un descubrimiento con sabor a mar.

Tríptico de mármol (Ed. Huerga y Fierro, 2010) es mi primer libro de poemas en el que reza: LA POESÍA YA NO SÓLO ES BELLEZA, ES RESISTENCIA AL ESPANTO. OBRAS Tríptico de mármol (2010). Prólogo de Luis Eduardo Aute Ternura incandescente (2012) Tierra con nosotros (2013), traducido al portugués como Terra habitada (2014)9​ Desde la otra orilla (2014) Tríptico de mármore, escolma (2014), antología en gallego de su obra traducida por Xavier Frías Conde. Bitácora de ausencias (2015), donde recoge el sufrimiento y la desesperanza de los internados en Auschwitz.10​ Aprehenderse, Ed. Amargord, 2017. Poemas de Montserrat Villar y pinturas de Juan sebastián González. Con dos almas por palabra /De maos dadas; poemas mano a mano con älvaro Alves de Faria. lf ediciones, 2017. Vida incompleta, Edit. Lema D´Origem, 2018. Antología poética traducida y editada en Portugués. Sumergir el sueño/ Sulagar o soño (2019), poemario bilingüe castellano/gallego con prólogo de Juan Carlos Mestre.11​ Somos rama/amar somos: eidición de Ejemplar único. (2020) Somos rama/amar somos y Letanía para insomnes, Ed. Lastura 2021. Los abrazos del mar /Os abrazos do mar, Ed. Lastura 2022. (Castellano-gallego). Ubuntu, ed. Lastura, 2023. Resonancias Rebeldes, antología de poesía en español, ed. Tesseractum, Brasil, 2024. Además sus obras han aparecido en numerosas antologías, entre las que destacan: A Pablo Guerrero en este ahora, Patxi Andión, Con toda la palabra por delante, VII Cuaderno de profesores poetas, Campamento dignidad, Poemas para la conciencia, Encuentros y palabras, Encontrados, Esferografías y Poesía amiga y otros poemigas para Aute.10​ Ensayos y artículos publicados • Cartas de Abril para Júlia: Texto crítico incluido en Um poeta brasileiro em Portugal (Ed. Temas origináis), Brasil, 2014 • Artículo: From Language skills to teaching prowess, incluido en The journal of Communication and Education Laguage Magazine, mayo 2014. • Escribir en la orilla de otros horizontes: Rev. Poemad, nº 5 (Poemad.com) • Ser poeta, Rev. Literaria portuguesa: As artes entre as letras, marzo 2014. • Álvaro Alves de Faria, traducción; ed. Digital, 2015. • A arte poética. Experimentação da impossibilidade. (Arte poética. Emperimentación de la imposibilidad). Editora Pasavento, Sao Paulo, 2018. • Marco Lucchesi: Caminar para ver. Caminar para creer. Os Olhos do deserto. Sao Paulo. • Prólogo de la obra de Marco Luchhesi: Mal de amor. Sao Paulo, 2018. • Arte y educación: por mí y por mis compañeras, incluido en el libro de ensayos: Educaçao e linguagems, da multiplicidade dos conceitos. BT Acadêmica, Sao Paulo, Brasil, 2020. • Álvaro Alves de Faria, poesía e vida inteira, Revista Caliban, Lisboa, junio 2020. • El mar o la marejada vencida de Alejandra Pizarnik, Editorial Huso, 2021 (incluido en Alejandra Pizarnik y sus múltiples voces) • Literatura y educación: ¿queremos enseñar a pensar?, Antología: Educaçao e literatura: o diálogo necessário. Kotter Editorial. 2021 (Curitiba e Lisboa). • A procura do sentido humano nas obras do Marco Lucchesi: Os olhos do deserto / Adéus Pirandello. I Colóquio Internacional Marco Lucchesi, Roma, 2024. Ed. Tesseractum, Brasil Manuales Portugués empresarial y comercial. Curso inicial de portugués comercial (2007 y 2010). Curso de profesores de ELE, Luso-española de ediciones. El verbo en español, Edit. Colibrí, Bulgaria (2010). Traducciones firmadas por la autora • Cartas de Abril para Julia, traducción de la obra de Álvaro Alves de Faria, Trilce Ediciones, 2014. • Motivos ajenos / Residuos, traducción y prólogo de la obra de Álvaro Alves de Faria, Linteo, 2015. • Desvivir/Desviver, traducción y prólogo de la obra de Álvaro Alves de Faria, Tau Editores, 2016. • Elipse e refração / Elipsis y refracción, (Marco Lucchesi), Ed. Lastura, 2021. • Adiós Pirandello (Marco Lucchesi), Ed. Lastura, 2024.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

LA POESÍA YA NO SÓLO ES BELLEZA, ES RESISTENCIA AL ESPANTO.


Como decía Leopoldo María Panero: “Sé todo sobre la Rosa / y sobre el abismo al que mis pies insultan / llevo una llaga en mi pecho / que es el secreto de mi vida”. La poesía como la vida, es rosas y espinas. Es ternura y lucha cotidiana para llegar a sobrevivirnos en la destrucción, es belleza que duele y sangra cuando nace.
Escribir es, a mi humilde entender, comunicar una visión del mundo propio e íntimo que crece en las entrañas, es comunicar aquello que los ojos observan cuando el poeta camina en este mundo de todos. Un mundo que se necesita absorber y ordenar  y que a través de la poesía se puede expresar de manera esencial, clara, sincera, honesta, sin miedo al qué dirán o quién dirá. Nadie tiene poder para juzgar lo más innato, lo más honesto de nosotros mismos, sólo puede compartirlo, sentirlo, absorberlo, disfrutarlo o, por el contrario, desecharlo por no sentirse cerca de ello.
Quien ha bajado al abismo sabe que quienes le rodean también han arañado sus paredes para no sucumbir a la oscuridad; quien mira hacia dentro, ha llorado, ha muerto y vuelto a nacer. Y sólo después escribe, escribe para traducir el dolor de otros y el suyo propio, para evitar la muerte y la degradación, para abrazar a quienes se sientan cercados por las palabras, para que ese abrazo retorne al poeta y lo temple en su desolación. Escribir para mirar, desde la belleza, desde lo más esencial, cuanto nos rodea y porque, como decía Gabriel Celaya: “ …cuando se miran de frente / los vertiginosos ojos claros de la muerte, / se dicen las verdades: / las bárbaras, terribles, amorosas crueldades. […] Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales.”
Porque es una necesidad vital igual que respirar, escribir sin simulación, sin trucos, palabras que intentan transmitir sincera y honestamente el mundo que nos puebla. Y, entonces, como dijo Alberti, “Miro la tierra, aíslo / en mis ojos, atento, una pulgada. /¡Qué desconsolador, feroz y amargo / lo que acontece en ella!”. Sólo desde la profundidad de las entrañas, desde el silencio y la soledad que reflexiona, desde la distancia y la falta incluso “de cordura” escribir.
Leopoldo María Panero nos enseñó a decir sin poner caras a lectores, a ser uno consigo mismo y ser, el poeta a sí mismo, el primero al que deben sus palabras la  honestidad sin trampas. Sólo así, se consigue absorber, reconocer, ordenar la realidad, la belleza, la fealdad, el amor, el odio,…Respirar, además, el mundo a través de los otros, y que la empatía hace sentir como parte del dolor del poeta, así la poesía puede dejar de ser de uno mismo, para ser solidaria con la existencia de los demás.
Decía Charles Bukowski sobre SER ESCRITOR: “Si no te sale ardiendo de dentro / a pesar de todo/ no lo hagas. […] Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti, / espera pacientemente. / A no ser que salga de tu alma / como un proyectil, / a no ser que quedarte quieto / pudiera llevarte a la locura, / al suicidio o al asesinato, / no lo hagas”.
Eso es, igual que no se necesita respirar a doble velocidad, no escribir si no se tiene nada que decir, si no se ve y no nace de los más profundo del ser. Pero, de pronto, una mirada, una caricia, el llanto o la muerte, puede hacerse visible e impulsar un poema. Y es en esa intimidad en la que el poeta se encuentra a sí mismo,  e intenta comunicar la belleza o la muerte que la vida le muestra. El otro, puede irritarse, enfadarse, sentirse solidario, empatizar, lo importante es que sienta. La poesía debe partir de nuestras entrañas para llegar a las de los demás, la impasividad es inexistencia, no debe ser un lujo cultural de los neutrales. La poesía existe porque existe todo aquello que nos diferencia del resto de los seres vivos: la capacidad de sentir, valorar,  decidir,…en cada instante, la capacidad de creer y crear un mundo simbólico que nos separa y, al mismo tiempo nos acerca a nuestro propio mundo, capacidad del ser humano de crear arte en cualquiera de sus expresiones. Porque ser poeta, como decía Flor Espanca: “É morder como quem beija!” Es luchar en una guerrilla con las palabras como única arma, para conseguir que en los demás crezca una revolución: sentir, sentir, sentir. Y si sabemos que no estamos muertos, sobrevivirnos a este dolor, salvar el abismo y sobrevivir. Es muerte y resurrección, igual que la vida: es gozo y dolor. Es, en definitiva, la única resistencia al espanto.
Las rosas, de verdad, no son perfectas:
algún pétalo se marchita en sus límites,
algún insecto en su corazón se preña.

Las descubres al nacer y
crees que son eternas:
huelen a belleza.

Pero son rosas del jardín
y no son perfectas:
son como la vida.

(Tierra con nosotros)

La poesía intenta abonar esa vida, esas rosas imperfectas. La belleza, cubre el abismo y, por instantes, nos deja creer en el paraíso. El reflejo en los otros, al contrario de Medusa, nos salva: Acompañarnos en el dolor, la ternura, la soledad, la muerte, el silencio; arañar nuestras entrañas y conmovernos; indignarnos, solidarizarnos, sensibilizarnos, hacernos salir del ostracismo, convertirnos en seres humanos y humanizados, salvarnos del abismo y de la finitud del mundo: esa es la salvación de la palabra.

Montserrat Villar

(El arte poético: resistencia y transgresión: plantar rosas en el infierno: resonancias de Medusa (Raias Poêticas, Familacão, Portugal, 24 de octubre de 2014)

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