Llevo 20, bueno, aunque me duela decirlo porque eso significa más de media vida, 22 años fuera de la tierra que me vio nacer. Veintidós años en los que he viajado siempre que he podido a mi tierra, pero, por falta de tiempo y por falta de datos, he ido perdiendo poco a poco (o repentinamente) la relación con toda aquella gente que durante dos de los años más importantes de mi vida (mi paso por el Instituto de Ribadavia) fueron fundamentales para mí. Al parecer, alguno de ellos ni se había percatado de que mi paso por Ribadavia pudiera haberme marcado tanto. Pues sí, Mª Carmen, y tú fuiste una de las que permanecieron en mi memoria. Mis amigos: Bello, Gulín, Nacho, Bernardo, Placer,... también cuentan con un lugar en mi corazón; Quique, el de gimnasia,... Ahí, en el corazón de alguien que se fue con 18 años se quedaron todos los recuerdos y vivencias que significaron mis 17 y 18 años en esas tierras de vino y niebla.
He vuelto, públicamente a Ourense, y antes de la presentación en el Liceo, he podido reencontrarme con Mª Carmen, que ha sido mi directora de escena y la persona que más me ha ayudado en esta andadura; he conocido a una persona excepcional como Ramón Cao; y he podido ver a Quique (después de 20 años), volviendo a ponerle rostro en mi memoria y a Nacho (igualito que siempre pero un pelín más gordito).
Las sensaciones se iban acumulando en mi garganta...
Y ya en el Liceo, he visto después de una eternidad a mis primeros maestros, que no han cambiado nada, a mis primas, tíos, padres, hermano y sobrinas,... todos escuchando lo que teníamos que decir de un libro que tiene mucho de frustración y dolor, pero que me ha dado infinitas alegrías.
El sábado fui a Cortegada y fue el regreso definitivo a casa, una casa que me vio crecer y volví a escuchar el arrullo del viento en sus árboles que acompañó mis sueños durante tanto tiempo. Gracias a Luis por haber hecho de maestro de ceremonias. Gracias a Andrés y Fernando por acompañarme con su música. Gracias a Nacho y Loli por todo.
Ahora, escribiendo este texto, se me encoge el corazón, pero sé que lo tengo repleto de sensaciones que me darán alas para una temporada, espero que esta vez no sean 22 años más.
GRACIAS A TODOS, BICOS E APERTAS.
Me encanta que todo haya salido como lo esperabas. Tu gente no te ha decepcionado.
ResponderEliminarSonaban tus palabras a frío mármol pero a tibia voz. Llegaron hasta aquí.
Un abrazo grande, amiga.
Me alegro que hayas escogido nuestras casa para volver. A partir da ahora también es tu casa. Espero que no esperes otros veinte años para regresar, no, al menos yo me comprometo a intentar no permitirlo.
ResponderEliminarUna abrazo desde Ourense.