
Incéndiame la piel en la cintura
de este cuerpo yermo disecado.
Abrázame con llamas la espesura
en esta noche bruja de verano.
Susúrrame al oído la ventura
que brama entre tu fuego y tus espasmos.
Susúrrame en esta brevedad nocturna
qué me espera del estío que es tu canto.
Noche escueta, alma bruja, arcano…
amarra mi cuerpo a tu cordura,
ardiéndome la hiel y el desencanto.
Apágate silente y redimida,
esfuma, como polvo de ceniza,
esta cicatriz de alma calcinada.
Montse Villar
Esta noche se pierde en los círculos de las noches de los tiempos... muy brujo tu poema como la noche.
ResponderEliminarSoneto mágico y bien hecho, recordatorio a una noche diferente, en la que maigas y espíritus celestes nos dan la mano. Y los consjuros se estrellan en las llamas de la hoguera para que queme los malos fados.
ResponderEliminarTú como buena gallega lo vivirás a tope, ¿no?
Besos, amiga
Precioso soneto para una noche mágica.Saludos desde Huelva!!
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