BITÁCORA DE SILENCIOS


Desde pequeña supe que los vacíos que la realidad clava en mi alma se llenarían con poesía y de lecturas que me han hecho como soy. ¡Cuánta belleza!, ¡Cuánto espanto!, ¡Cuánto silencio!, ¡Cuántas palabras!

Y desde entonces, todas mis lecturas se han acomodado en esos huecos fríos que la vida había ido horadando y los ha llenado de belleza, espanto, silencios, dolor, ternura… palabras y sensibilidad. Desde casi siempre, he dejado reposar sensaciones, sentimientos de todos los colores, imágenes,… en mis entrañas para después intentar expresarlas con palabras, con la pretensión de comunicar y de hacer sentir emoción. Si consigo que en el interior de los que me lean, tiemble el filamento de una entraña con mis palabras, me doy por satisfecha. Si a través de la poesía, la realidad aparece sin distorsión y conseguimos abrir los ojos de los que nos escuchan, crear la duda ante lo aprendido y aceptado por costumbre, dar otra visión posible, otra valoración a la vida, convertirnos en más solidarios, más sensibles, más HUMANOS, no hay nada perdido.

Siempre he buscado la palabra, Licenciada en Filología Hispánica y Filología Portuguesa, las dos lenguas y el gallego me llenan de herramientas que permiten que mi búsqueda sea fructífera y tan heterogénea como los que me precedieron. Mi última aventura en la palabra: traducir del portugués, un descubrimiento con sabor a mar.

Tríptico de mármol (Ed. Huerga y Fierro, 2010) es mi primer libro de poemas en el que reza: LA POESÍA YA NO SÓLO ES BELLEZA, ES RESISTENCIA AL ESPANTO.

Ternura incandescente [Huerga y Fierro 2012]: EL TIEMPO LO-CURA TODO: UNOS AMORES SE TEMPLAN; OTROS, SE CONSIGUEN INCANDESCENTES. Porque el amor es tan contradictorio como la vida.

Tierra con nosotros (Premio poesía 2013, ed. Seleer): La realidad se impone, todos vivimos y bebemos de este tiempo que nos toca. Todos observamos, sentimos y sufrimos por nosotros y por los otros. Tenemos que ver para poder cambiar el mundo que nos desagrada.

Desde la otra orilla (Proyecto Arte Ediciones, 2014), 10 imágenes hermosas acompañan los versos que buscan el renacer en otra orilla, más allá de realidades que asfixian la libertad y la belleza). Un hermoso libro para ser expuesto, más que acomodado en una estantería.

Bitácora de ausiencias (Amargord, 2015), las ausencias marcan el camino vital. La búsqueda de nosotros mismos, de nuestro lugar, de nuestras presencias, son el motor de arranque cada día. Desde los campos de concentración (donde el dolor por los ausentes se ha hecho insoportable pero necesario), visita obligada para ser conscientes del dolor que el ser humano es capaz de causar a sus iguales; hasta el camino de búsqueda de la ternura y la belleza, la palabra dibuja mundos fácilmente reconocibles, crudos y hermosos al mismo tiempo.

Aprehenderse (Amargord, 2017) Un libro hecho mano a mano con el artista gráfico Juan Sebastián González en el que pintura y poesía se funden en una sola voz. Una experiencia cargada de luz, magia y, cómo no, compromiso con el arte y la vida.

Con dos almas por palabra (LF ediciones, 2017): escrito a dos manos junto con el poeta brasileiro Álvaro Álves de Faria. Fue publicado en Sao Paulo con el título De maos dadas y en España su publicación tiene un fin solidario: los beneficios de la edición irán a parar a la Asociación SBQ humanismo pequeñito que dirige Luis Felipe Comendador. Poemas que unen a dos almas de ambos lado del océano y construyen sus palabras en un juego de complicidad.

Sumergir el sueño / Sulagar o soño (Lastura, 2019): Poemario bilingüe gallego-castellano con prólogo de Juan Carlos Mestre, que recupera las raíces literarias y lingüísticas gallegas. Me sitúa en un quién y dónde me encuentro, me acerca a mis orígenes de mano de Celso Emilio Ferreiro y la poesía que leí en mi infancia y juventud y continúa con esa poesía, que considero tan necesaria, reivindicativa y de crítica social para que el lector deje de seguir estando en ese limbo de satisfacción y considere observar al mundo desde una perspectiva más solidaria, igualitaria y justa.

Premios:
Bautismo del Recuerdo, Casa Zorrilla, Valladolid, abril 2019.
"Aintzinako Bihotz", Corazón Arcaico (Voces del Extremo, 2018)
Premio Sarmiento de poesía 2015, Valladolid: Por el conjunto de la obra.
Editorial Seleer por el libro: Tierra con nosotros (2013).
Premio a la mujer de la cultura de Salamanca (2011), As. Tierno Galván de Santa Marta de Tormes.









domingo, 19 de mayo de 2019

Sumergir el sueño / Sulagar o soño empieza a caminar. Gracias.

https://salamancartvaldia.es/not/209289/montserrat-villar-gonzalez-verso-sumergido-sueno/?fbclid=IwAR2Lt6BvFyUuykFOziTon0zgfTStY2DFj15UCj6FzsFmZpxo8CJAe5scRwQ

“Publicar en pequeñas editoriales significa el seguir el camino de la mano de seres humanos de carne y hueso que creen en los proyectos y que luchan por darles vida”
Monstserrat Villar González. Fotos: Carmen Borrego
Charo Alonso: Qué belleza de libro, Montse.
Montserrat Villar: Es muy especial, el título tiene que ver con un verso de Celso Emilio Ferreira, un poeta gallego de postguerra. A mí me gustan los libros pequeños y es un homenaje a este poeta que tenía una gran conciencia social. Las citas son de un libro suyo, O soño sulagado.
Ch.A.: Una belleza de libro publicado por Lastura. ¿Cuál es el papel de las pequeñas editoriales?
M.V.: Para mí, el publicar en pequeñas editoriales significa el seguir el camino de la mano de seres humanos de carne y hueso que creen en los proyectos y que luchan por darles vida. Todos y todas hacen un gran esfuerzo económico y humano (incluso hasta las lágrimas) por dar salida a los libros en los que se implican y eso para mí significa un regalo y un ejemplo más de generosidad y de compromiso. Además, en el caso concreto de Lastura, la sensación que siempre me han transmitido es de pertenencia a una familia, y es una sensación que agradezco infinitamente. Es bonito ver a una editora, Lidia López Miguel, emocionada cuando habla de los libros que publica, que los describa con tanta precisión y cariño cuando le preguntas sobre ellos…, eso creo que solo pasa en las pequeñas editoriales.
Ch.A.: ¡Bello en fondo y forma! Cuéntanos de la forma…
M.V.: La decidimos Lidia y yo. Lo he dividido en tres partes, la primera “Soy” habla de mi identificación con mi Galicia natal y con el idioma gallego. La segunda, “¿Dónde los hombres?” es poesía compartida con los otros y la tercera, que no lleva título, alude a la poesía más solidaria y reivindicativa.
Carmen Borrego: Todo tiene mucho sentido, qué fácil de manejar es este formato. La foto tuya me encanta…
M.V.: Lo tiene. La portada es de un escultor de Monterrubio, Gonzalo Iglesias, que hace caras en piedra. Esta pieza se le rompió y la iba a tirar, pero decidió dejarla así y me parece muy simbólica. El interior de la cubierta contiene un dibujo de Nacho Serrano, se lo robé y lo pusimos ahí “porque somos como alimañas”. La foto de la solapa es de Demián Ortiz, un fotógrafo que trabaja con poetas, cada uno decidimos cómo y con qué elemento queremos retratarnos y como a mí me dicen que lanzo versos como piedras, pues salió así.
Quienes la conocemos, la queremos y la leemos bien sabemos de la intensa, arrebatada entrega de Montserrat Villar. De sus versos sin concesiones, de su generosidad que rebosa la métrica, ritmo acelerado, risa abierta al abrazo. Proyecto compartido, escritura íntima que se encrespa, oleaje apasionado y contundente, David de todas las causas, porque Montse Villar sí se atreve a tirar la piedra y mostrar la mano. Una mano tendida a quien la necesita.
Ch.A.: Juan Carlos Mestre te ha escrito un prólogo que parece un poema.
M.V.: Mestre es un ser humano-poeta muy generoso, no solo con las palabras, sino con los afectos. Sólo puedo estarle tremendamente agradecida por su cariño conmigo y con el libro, y pedirle a la vida tener la oportunidad de corresponderle en la misma medida.
Ch.A.: La conciencia social que no veo en los intelectuales, ¿está en los poetas?
M.V.: La conciencia social de los intelectuales o de los poetas está en el mismo lugar que la del resto de los seres humanos: o la tienes o no la tienes. No por ser intelectual o poeta eres más o menos que nadie, y es precisamente aquí donde empieza la conciencia social. Lo que realmente nos une es nuestra capacidad de ser sensibles, solidarios, conscientes de que otros han tenido menos oportunidades pero son como nosotros. Todos somos seres humanos con carencias, necesidades y deseos, con más o menos oportunidades para conseguir lo que deseamos, con situaciones externas a nosotros que nos determinan. Mirar a los demás a los ojos, frase que llevo oyendo desde hace tiempo y, precisamente, es pronunciada por gente que no lo hace, significa tratar a cualquier ser humano de tú a tú y ser capaz de ponerte en su piel sin ningún tipo de prejuicios. Creo que los poetas que son seres humanos no sólo lo cantan en su poesía, sino que lo practican en su vida diaria, pero como cualquier ser humano justo con conciencia social. Utilizar tu capacidad de expresarte, tu voz, para que otros se conciencien de las injusticias humanas que, a veces, pasan desapercibidas en la rutina de la vida diaria, esa es la posibilidad de los poetas o intelectuales, pero el sentido de conciencia social depende del cada ser humano.
Ch.A.: Estamos cuestionando la unidad, el nacionalismo… y publicas un libro bilingüe: ¿La lengua suma, multiplica, resta?
M.V.: La lengua siempre suma, las diferentes culturas de las que tenemos la suerte de disfrutar en este país, siempre suman. El arraigo a una tierra u a otra, ese sentimiento que todos tenemos (seamos de donde seamos) de ser de aquel lugar en que disfrutamos nuestra infancia, suma. Y si además tienes la suerte de poder salir de tu lugar de origen y vivir en otros lugares, tendrás la suerte de conocer caracteres, idiomas, espacios naturales, culturas que siempre sumarán y que te enseñarán a saber que el mundo es inmenso y que nunca vas a dejar de absorber conocimiento, sensaciones… Yo tengo la suerte de tener dos lenguas maternas que me permiten ver y comunicar el mundo a través de ellas y es enriquecedor. Hay palabras o, incluso, sensaciones que puedo comunicar en una y no tienen traducción exacta en la otra, y es muy hermosa esa diversidad de “espacio común” que puedes compartir con cada una de ellas.
Ch.A.: Compromiso, belleza en el horror, reconocimiento a quien se entrega… ¿Podían ser las características básicas de tu poesía?
M.V.: No sé cuáles son las características de mi poesía, nadie puede definirse a sí mismo, al menos yo no puedo. Lo que hago en poesía es intentar ser honesta conmigo y con el mundo en el que me reconozco. Sé que mi poesía puede resultar cruda en muchos aspectos, como dijo Aute “poco complaciente” pero es mi verdad del mundo en que vivo y no puedo disimular mi malestar con ciertos aspectos de este mundo tanto a nivel humano como literario y tampoco disimulo mi agradecimiento en muchos otros momentos. En mi caso, la poesía expresa lo que mi mirada recoge y mi corazón siente y no puedo separar todo ello del momento y el lugar en el que me ha tocado vivir. Y, claro, en este camino he tenido la suerte de encontrarme con muchos seres humanos-poetas que me hacen sentir dentro de un espacio común y me enseñan tanto humana y poéticamente que cómo no reconocerlo y estar infinitamente agradecida.
Ch.A.: Es complicado lidiar con un trabajo colectivo como la Asociación Cultural Pentadrama ¿Por qué seguir haciéndolo y no dedicarte enteramente a tu obra personal?
M.V.: Los egos son muy complicados y, a veces, cuando tienes un proyecto para un común, ese deseo de ser un YO cuando de lo que se trata es ser un NOSOTROS, para que todos tengan las mismas oportunidades y podamos disfrutarnos unos a otros, es muy frustrante. Pero no sé vivir sin pensar que el mundo sería mejor si todos pusiéramos a disposición de un proyecto común nuestras capacidades, así que ¿cómo dejar de hacerlo? Creo que, por muchos egos, por muchas dificultades,… siempre que alguien lleva a cabo un trabajo para un colectivo, a pesar de que, en muchas ocasiones, el grado de implicación de los demás no sea el deseado, algo queda y todos aprendemos mucho más de los otros que de nosotros mismos. Yo soy yo cuando vivo en un mundo con los otros; el concepto de un yo solo es un sinsentido, así que…
Ch.A.: No tienes remedio. Defínenos el proyecto de Voces del Extremo que estáis preparando en Candelario para mayo.
M.V.: Para mí, para cada uno de los que han pasado por Voces del Extremo, seguro que significa algo diferente, que nos ha marcado de manera distinta pero creo que todos coincidiremos en esa sensación de tiempo para escucharnos, para compartirnos, para respetarnos sin ideas preconcebidas, para conocernos y abrazarnos (extremoabrazarnos). Creo que Voces del Extremo tiene que ir unido a Moguer y Antonio Orihuela (su creador) porque él ha hecho posible este espacio de comunidad y respeto con su manera de estar a nuestro lado en los Encuentros (él y Mar, su mujer). Los demás encuentros de Voces del Extremo que se llevan a cabo en el resto de la península, intentan devolver lo que cada uno hemos aprendido y aprehendido y siempre resulta un momento enriquecedor en todos los aspectos: el ideológico, el humano y el afectivo.
Ch.A.: ¿Por qué os decidisteis por hacerlo en Candelario?
M.V.: Se trata de un lugar donde convivir el mayor tiempo posible, y cuando se lo propusimos al alcalde, Pablo Hernández, nos abrió las puertas. Lo que tratamos es que se lleve al pueblo la poesía de los autores, ya sea al colegio con los niños, o decorando las calles con “Militancia Poética”, disfrutando todos.
Ch.A.: Es increíble tu capacidad de organización de proyectos colectivos. Montse, Uno de tus poemas habla de “rendirse”. ¿Te rindes?
M.V.: ¿Y tú no lo haces en ocasiones? Claro que me rindo, me rindo muchas veces, cuando el NOSOTROS no se hace visible, cuando los proyectos comunes se utilizan para que los egos se alimenten, cuando el mundo deja de ser mundo y estalla en nuestra cara una bomba de injusticia y dolor, cuando la vida se convierte en un camino escarpado lleno de dificultades... Me rindo todos los días y todos los días pienso que parar no es solución así que, sigo para adelante con mis batallas perdidas y pienso que esa es la mejor/peor/única manera de rendirse a la vida. Si lo piensas, todos somos seres que estamos rendidos desde que nacemos, todos tenemos los días contados, ¿por qué no tiramos la toalla cuando descubrimos nuestra finitud? Me rindo cada día y cada día, tengo la suerte de conocer a muchas personas generosas, alguien me enseña que hay que seguir porque ese es el único sentido válido.
Ch.A.: En esta república de afectos y letras, ¿eres la reina coronada de blanco del espacio del abrazo y de la palabra concienciada?
M.V.: Supongo que esto es una metáfora porque tengo el pelo blanco ¿no? ¿República y reina? ¡Ja, ja, ja! ¿Qué es la vida más que afectos y palabras? En serio, ¿qué es la vida más que afectos y palabras? Hagamos que nuestros afectos sean sinceros y aprendamos a expresarlos sin ningún tipo de reparo y que nuestras palabras dejen de matar, crear odio, encubrir realidades… y comencemos a construir un mundo de verdad (aunque sea nuestro pequeño mundo, ese que tenemos al alcance de nuestros brazos).
Ch.A.: Profesora, traductora… ¿Siempre nos quedará Portugal?
M.V.: Siempre quedarán mundos que se nos escapan cada día, lugares en los que la vida se construye a un ritmo diferente. Portugal es ese espacio y tiempo (ritmo) que, a diario, echo de menos y que disfruté en una época importante de mi vida. Igual lo es Galicia. Pero – estoy segura– Salamanca llegaría a ser ese reducto en la memoria si nos alejáramos de la vida cotidiana en ella. No niego mi querencia por Portugal ni la necesidad de regresar a lugares comunes siempre, pero soy consciente de que, en gran medida, se debe a las personas que en esos lugares habitan. Así que, en el fondo, cualquier lugar puede significar un mundo posible, si los seres que se cruzan en él así lo dibujan.
Porque siempre nos quedará la palabra con conciencia de ser de todos. Porque en el espacio de los brazos que abrazan, Montserrat Villar y Nacho abren el círculo del afecto más allá del extremo de sus manos, círculo cálido donde se estrechan los versos y los besos. Apretado como una piedra cálida y que todo lo condensa, el libro palpita, geografía de todos los encuentros. Piedra de mar, sumergida en el sueño de los hombres, conciencia del despertar del poeta. Sinestesia del corazón.


Revista dialogias, entrevista en Brasil

miércoles, 1 de mayo de 2019

BAUTISMO DEL RECUERDO CASA ZORRILLA

A veces las imágenes valen más que mil palabras y esta es una de esas ocasiones. Mis queridos Pedro Ojeda y Luis Felipe Comendador oficiaron la ceremonia de Bautismo del Recuerdo por la que se me recibe como ahijada de la Casa Zorrilla de Valladolid. Emocionada como una niña y alimentada para mucho tiempo de todo el cariño que todos los presentes me regalaron. Una tarde (el 25 de abril de 2019) para el recuerdo. Gracias, queridos padrinos por tanto, por todo.











martes, 26 de marzo de 2019

Sumergir el sueño / Sulagar o soño

Hace tiempo que deseaba regresar a mis orígenes gallegos. Aunque viajo continuamente a mi tierra, mi poesía siempre ha sido escrita en castellano, pero hace unos años comencé a replantearme mi dos lenguas maternas como lenguas de riqueza, de experiencia personal y humana, de expresión poética. Así que este es munlibro en el que esta gallega que habita en Salmanca y tiene alma portuguesa, regresa a su tierra natal, esa que siempre está en su corazón, sus recuerdos, sus olores primigenios. Esa que ha conformado la memoria de niña y que ha creado una capa de piel indeleble que se renueva en cada viaje, en cada llegada al bosque o al mar que nos baña.
Un libro con mis dos lenguas que ha tenido la suerte de contar con un prólogo de este Leonés con alma de gallego al que admiro: Juan Carlos Mestre y con la foto de portadaque pertenece a una escultura de un salmantino con el que paso tardes de charlas: Gonzlao Iglesias y una sorpresa interior que sólo si lo destapas puedes observar.
Un libro en el que el abrazo de Mestre me acerca más a quién soy y a ese lugar físico y emocional de donde vengo. Una edición que Lastura, Lidia, ha convertido en un hermoso cuerpo.
Gracias a todos los que me habéis prestado vuestro quehacer para dar forma a este nuevo "hijo": juapiño, juapiño e con un bo pelaso. (Como diríamos en Galicia).

jueves, 21 de marzo de 2019

AÑO de publicaciones conjuntas en Brasil y alguna sorpresa

El año 2018 fue un año de publicaciones de ensayos en Brasil, gracias a la invitación de Ana Mª Haddad, coordinadora de Estética do Labirinto y Poéticas do Ensaio. Pero además, Ana, me brindó el honor de escribir el prólogo del último libro de poemas de Marco Lucchesi: Mal de amor, editado por Patuá en Sao Paulo. Un regalo escribir para un autor que admiro y que significa tanto en Brasil. 


MAL DE AMOR: Marco Lucchesi


Leer a Lucchesi es siempre un viaje sin fin, un camino ascendente a lo más puro de uno mismo y al descubrimiento del otro yo que nos habita. Pero no sólo. Sus palabras se convierten en el círculo concéntrico que nos lleva sin ningún tipo de contención a conocernos más allá de nuestro presente, con la necesidad de indagar en esta cultura greco-latina que nos da conciencia, materia, y nos une a cada grano de arena que pisamos. Y después de situarnos en nuestro epicentro, nos obliga a sobrepasar cualquier espacio para alcanzar el conocimiento a través de las innumerables ciencias que el hombre pueda reconocer y que para muchos de nosotros son inabarcables. Tanta sensibilidad compartida y tanto conocimiento es un regalo que se va degustando a lo largo de cada palabra que puebla un verso, una línea, tras su, siempre, aparente sencillez a primera vista. Y acabamos por adentrarnos en un bosque frondoso de emoción, conocimiento y encuentro que nos alza, como diría Pedro Salinas “sobre las puntas rosadas de tus pies, / en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo / de ti a ti misma” y nos desnuda en el reconocimiento de haber sido partícipes, cómplices y testigos de una revolución que todos, alguna vez, hemos querido expresar y sólo él ha conseguido.
Y así Mal de amor con sus tres partes diferenciadas (Pontos de fuga, Pavanas, Conjunções) nos adentra en un preludio de sensualidad y deseo del que tierra y  mar son los únicos testigos. No se inicia gratuitamente con el recuerdo a Nelson Cavaquinho en su verso “quando piso em folhas secas”, ya que estos primeros textos, este primer bloque de escritos, nos adentran en un lugar que avanza incansable en el alma del poeta: mar, rocas, arena, sol, ballenas,…  como si de un cuerpo se tratara, un cuerpo con el que deseamos fundirnos, un lugar del que deseamos formar parte como un elemento natural más para sentirnos apátridas y “alcançar o rosto físico das coisas”, en un deseo de posesión y de ser poseídos sabiéndose materia y espíritu en pertenencia con lo que nos rodea. Un deseo casi místico como el que expresaron Fray Luis de León o Santa Teresa de Jesús en su búsqueda de absoluta comunión con Dios. Saberse ahí y ahora, abrazados por la naturaleza que nos rodea, es saberse vivos y significantes, cómplices de algo mayor que nos puebla en su grandeza. En un vaivén infinito que sólo el mar es capaz de reproducir y el deseo es capaz de imitar, nos rescata “um pássaro fugaz, em abandono de trevas e adeuses” en un presagio de cuerpos que anuncian la salvación “como gritos dos chacais entre ruínas” que despiertan los sentidos para mirar más allá del horizonte, ese Ponto de Fuga que obliga a observar más allá del silencio antes de partir.
Descubrimiento, entonces, de “o espaço desmedido que nos une”, revolución y tsunami que hace languidecer al espíritu y silencia el “própio eco” en la espera y nos salva del abismo cuando “A fúria do presente nos redime”. Y, a pesar de la certeza de lo intangible, se habita el vientre del ser deseado, alejando los aullidos de lobos enfurecidos, la herida de la soledad que nos acompaña desde la infancia o el frío deseo ante la nada, y se intenta “recompor os nossos fragmentos”. Y como en una suave danza, el ritmo de las olas y los cuerpos nos libera de esta nada que nos pertenece por único derecho “nos braços incondicionáis do todo”. Pero, como es natural en el ser humano, alcanzar el absoluto siempre hace dudar ante su posible desaparición, forzando, al propio espíritu, a caminar entre las espasmódicas certezas de “Desejo e nao desejo: um todo se dissolve” y la eterna pregunta que Lucchesi transforma en una sentencia inigualable “Como dobrar as lâminas da duraçao?, ¿cómo conseguir que permanezca el prodigio en un mundo que se desmorona a cada paso? Y cada día, cada instante se libra una lucha entre deseo de aprehensión y libertad. Y se atora la garganta ante “A iminência da queda”, obligándonos a mirar más allá de nosotros mismos buscando, de nuevo, refugio en esas entrañas de la tierra “Selva do corpo adentro, líquidos prefácios”, donde la memoria, las imágenes retrospectivas, las similitudes y las cadencias alimentan el apetito de posesión, y obligan a observar el exterior en búsqueda de esos Puntos de Fuga que nos dirigían a un horizonte que ya no es, mientras “Saraivam tempestades nas abrasadas terras fiminis”, en el recuerdo de estrellas que se observaron con miradas compartidas y se refleja ese deseo recobrado por la sombra del amor en otros cuerpos que en el bosque se entrelazan mientras “teu olhar media, insólito e perdido, a fome da distância”. Y es esa Pavana, esa cadencia, ese devenir tan cercano al movimiento migratorio de las olas el que nos hace observar que “tudo se transforma em pedra e sal”. Mi Pedro Salinas, digo mi porque es la versión propia que yo tengo de su poesía desde mi más tierna infancia, escribe: “Te conocí, repentina, / en ese desgarramiento / brutal de tiniebla y luz, / donde se revela el fondo / que escapa al día y la noche […] y camino sin errar / [….]  y se cree que se ve / quién eres tú, mi invisible.”
Y lo visible ha dejado de ser tangible y su invisibilidad nos acompaña siempre y nos atemoriza al mismo tiempo que se vuelve fruto necesario para sabernos vivos. Y en la comisura de nuestros labios aparece, entonces, un leve sabor a sal, alegoría de ese gusto sensual posterior al más puro de los encuentros entre dos cuerpos y, cómo no, de ese mar que ha sido intermediario, testigo y partícipe del milagro de poder gozar de  una “Estrela nova em céu de puro ardor”. Mar y cielo han conseguido confluir en esta Conjunção para determinar esa realidad que acompasa el ritmo del ir y venir de un cuerpo dentro de otro cuerpo en una eternidad que asombra y enrojece a cualquier crepúsculo en llama viva.
En este instante, Lucchesi consigue que mi lengua busque, inconsciente, esa sal en la memoria de un mar del que me he despedido hace poco y que se pega a mi piel durante los inviernos en la meseta para atestiguar que el mundo es tierra, mar… al que debemos desear pertenecer como deseamos a un cuerpo que nos abraza sin obstáculos ni medida. Todo pasará, nuestro tiempo es irrefrenable, todos pasaremos finalmente, pero el mar, las olas, el deseo y su cadencia sobrevivirá a cualquier cuerpo en un ir y venir sin fin que se clavará en cada recuerdo de aquellos que han sido dichosos de vivirlo. Y como Lucchesi “sondo o refúgio das sombras e a muda provisão de claridade” en busca de ese placer que nos precipita y se convierte en expresión exacta en este viaje al epicentro de esa espiral que no termina y nos salva de la nada que todos somos mientras sus palabras resurgen como un gran eco en la memoria.

Montserrat Villar González
Monterrubio de Armuña, Salamanca, 12 de septiembre de 2018, en el atardecer de un cielo que se enrojece antes del ocaso.

UN GRAN MAESTRO

UN GRAN MAESTRO
UNA GRAN PERSONA

Tomando un café antes de empezar

Tomando un café antes de empezar

Presentación de Tríptico de mármol

Presentación de Tríptico de mármol
De camino a la Plaza Mayor

Los últimos consejos antes de entrar

Presentación de Tríptico de Mármol

¡Que buen público!

¡Que buen público!

Fernando Maés tocando Vacunas para la melancolía

Andrés Sudón tocando Palabras de Mármol

Una muy buena gente.

Una muy buena gente.

TODA LA FAMILIA,...