Desaparéceme este bramido constante,
este silencio cubierto,
esta humedad emigrante,
esta calma de mi cuerpo.
Contágiame de tu vida,
arrúllame entre tus brazos,
rásgame la desidia,
espérame en tu deseo.
Ahoga esta mentira
con la espuma de tus sueños.
Abraza este destino
con la finitud de tus devaneos.
Consiénteme que arañe la ternura
del reino de tus besos y
borre la amargura
del desierto de mi cuerpo.
Permite que desnude el silencio
que aproveche cada instante
y vista tu tristeza
con el sudor de este deseo.
[Ternura incandescente, Ed. Huerga y Fierro, 2012]
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